En defensa del derecho de asilo (y III)
Habitualmente, cuando escuchamos las palabras "ayudas del Estado a la cooperación al desarrollo", nos vienen imágenes de aviones enormes cargados de cajas repletas supuestamente de bienes que han de satisfacer necesidades básicas allí donde todo es necesario y básico, ya que esencialmente carecen casi de todo. Pensamos, desde nuestra ingenuidad, que son ayudas, acuerdos, decisiones desinteresadas, que buscan de verdad favorecer ese desarrollo y ese crecimiento para que en algún momento (que no sé si lo verá mi hija), esos aviones enormes y esos fardos tan grandes llenos de cosas, dejen de ser necesarios. Eso es lo que yo pensaba. Supongo que soy una ingenua. Pues hete aquí que hace unas semanas me entero que no todos los fondos que supuestamente son para desarrollar cumplen tal fin, sino que en muchos casos sirven para financiar actuaciones que al contrario, hunden aún más en el caos y en el subdesarrollo a quienes lo padecen. Hace unas semanas me enteré de la existencia...