Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2010

Al calor de la cocina

La maternidad trae consigo, además de panes debajo del brazo (con el permiso de nuestro ¿Gobierno?), un nuevo planteamiento y/o formas de ver y vivir las relaciones familiares. De pronto, todos subimos un grado en la escala de parentesco y, no sabemos muy bien por qué, las cosas empiezan a verse de una forma diferente. No es que sea un cambio radical, pero sí con la magnitud suficiente como para reflexionar, y ver este mundo tan raro con otros ojos. Lo que sí que no cambia, es la cocina de la casa de mis padres. No me refiero a la estancia como tal, sino al concepto de cocina en cuanto que espacio de encuentro. Y es que el espíritu de este lugar de la casa, y por qué no decir de ella entera, lo da mi madre. Todo empezó ya desde pequeñita, en el colegio, en la cocina de otro piso. Entre ropa colgada, y mi madre de acá para allá haciendo mil y un tareas, mientras yo veía la tele en una postura imposible, sentada sobre la encimera de la cocina, comentando lo que daban en la caja tonta