En defensa del derecho de asilo (II)


Para seguir con el tema que dejé a medias el pasado domingo 15 de noviembre, hoy quisiera centrarme en el procedimiento de asilo. Continúo pues, con la exposición de conceptos, para que todos vayamos por el mismo camino a la hora de entender la sinrazón de la reforma de la Ley aprobada por el Gobierno, y echarse las manos a la cabeza después de conocer alguna que otra cosita de la que me enteré yo el otro día en la exposición de CEAR - Euskadi.

Para no entrar en demasiados detalles, digamos que el proceso comienza con una solicitud de asilo que presenta la persona refugiada donde refleja los hechos en los que fundamenta su persecución. Es importante tener empatía en este caso, vamos, que no es como presentar una solicitud para que te den un volante de empadronamiento. Te preguntan por qué te has ido, por dónde has pasado, cuánto tiempo has estado en los países por donde has pasado... Y como da la casualidad que no has pasado en plan crucero o de vacaciones, sino que generalmente has ido de acá para allá, escondiéndote, con miedo, perdiendo gente por el camino, pues como que te lleva un tiempo, unos cuantos años llegar a donde estás ahora, así que bueno, puede ser un poco difícil cuadrar fechas. Sobre todo porque cuando te das cuenta de que eres vulnerable, y que tu vida corre peligro, no siempre te viene bien agenciarte un diario, por lo que pueda pasar.

Cuando ya se tiene la solictud de asilo, la Oficina de Asilo y Refugio adscrita al Ministerio del Interior decide cuáles se admiten o no a trámite. Se trata esta de una valoración meramente formal, donde no se entra a examinar en detalle el contenido, el por qué de esa huida. En este punto, más del 60% de las solicitudes se inadmiten, en cuyo caso (sin entrar en detalle), y salvo presentación de recurso, no se puede puede estar en el territorio del Estado Español.

Si se admite a trámite, se inicia la instrucción del expediente, que dura lo suyo. Se deniega más del 90% de las solicitudes finalmente admitidas a trámite.

Todo este proceso admite mucho más detalle en sus pormenores jurídicos, pero no creo que sea el momento. Sirva sin más para tener una somera idea de por dónde estamos. A partir de aquí, nos quedan temas muy interesantes que tratar, como por ejemplo los "Centros de Acogida" que nuestro país promueve en países africanos, y que nos vienen de perlas para presumir de progres y concienciados con los derechos humanos mientras son otros, los de siempre, los que tragan.

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