Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2010

El rasero

No entiendo este mundo. Supongo que como todos. O eso creo. Porque a nada que me paro un poco a reflexionar, a observar, a mirar, todo va demasiado rápido, las noticias se suceden delante de nuestros ojos y no tenemos tiempo de digerirlas. Pero a mí se me quedan clavadas, siquiera sea por un instante, la mirada implorante de los niños pakistaníes en las interminables colas para conseguir un plato de algo que las organizaciones humanitarias llaman comida. Es sorprendente la condición polisémica de esta palabra, que según dónde te encuentres, puede empachar, alimentar, o simplemente, cubrir el expediente. Yo no puedo dejar de pensar en esa mirada, en esas manos que se extienden al infinito. Y miro las imágenes de esas inundaciones que asolan un país que ya estaba bastante desolado. Y no entiendo cómo puede ser que técnicos de la NASA lleguen en un plis-plas a Chile para rescatar a los 33 mineros enterrados en vida, y sin embargo, ante catástrofes como estas, nos limitemos sin más a i

Foro de Emprendedores

Fuente: Irekia - Gobierno Vasco Para más información, pulsa aquí . Y a disfrutar. Por mi parte, no sé si sacaré un rato para ir, si es así, allí nos veremos...

Héros anónimos en un mundo por conciliar

Hoy me gustaría dedicar unas líneas a esos seres anónimos, tan fuertes y frágiles al mismo tiempo, que son los abuelos y abuelas; esas personas que un día, de repente, cambiaron de título parental, y para nosotros los hijos adquirieron un rol si cabe aún más importante que el de padres, pues especialmente en estos momentos, no sólo cuidan de nosotros (no me pesa decirlo, les necesito anímicamente más que nunca... Además de por las croquetas de mi madre, claro, pero esa es otra historia), sino de nuestros pequeños tesoros, nuestros hijos. En un mundo que se llena la boca de términos a todas luces vacíos de contenido en la práctica, como por ejemplo, se me ocurre, la conciliación laboral y familiar, contar con abuelos en plenitud de facultades es una auténtica suerte, y un soplo de sosiego para nosotros, padres primerizos del siglo XXI, expertos en feisbuk y demás 2.0, pero nulos totales a la hora de organizarnos en algo aparentemente tan sencillo como cambiar un pañal y poner la lavad