Los pensantes informáticos y los funcionarios scribas

El pasado lunes me llamaron "pensante informática". A lo largo de mi vida profesional me han llamado muchas cosas, generalmente buenas a Dios gracias, y esto hubiera quedado en lo anecdótico si no fuera porque a ello se añadió la coletilla de que estos pensantes, no hacemos caso a los usuarios ni les tenemos en cuenta cuando diseñamos las aplicaciones.

A mí estos comentarios me hierven la sangre y me ponen de muy mala uva, sobre todo cuando para llegar a la aplicación que estoy explicando ahora hemos tenido un sinfín de reuniones con los usuarios, desmemoriados ellos, hemos cambiado un centenar de veces (o más) los criterios y esquemas de organización a petición suya, y hemos tenido sesiones de presentación previa de pantallas, pruebas iniciales y conversaciones para consolidar el arranque del nuevo proceso.

Entiendo perfectamente que la casuística es, muchas veces, inabarcable, y que por muchas reuniones que tengamos, siempre quedarán aspectos sin cubrir. Puedo llegar a entender también, haciendo un esfuerzo, que el trabajo del día a día puede resultar, si no asfixiante (no les veo que dejen la escapadita a la calle para el café), sí tedioso, y que tener que darle más veces a la tecla puede llegar a exasperarles. Pero por lo que no paso es que nos tomen por el pito del sereno (con perdón), y que no asuman su parte de responsabilidad en el trabajo que están haciendo, culpando a las nuevas tecnologías de los problemas organizativos que les asolan.

Porque por lo menos en mi equipo de proyecto, todo se hace con el usuario, y no tiene sentido trabajar si no contamos con su participación desde el origen: para detectar necesidades, para presentar los avances, para asistirle en el arranque. Intentamos tener una visión global, que no quede sólo en "la aplicación de marras", sino que contemple todos los flecos organizativos que implica, para que se tomen las medidas oportunas (cambios normativos, nuevos procesos internos, nuevas herramientas y soportes de trabajo...). A lo mejor nuestro error reside precisamente en eso, en que somos tal vez demasiado pegajosos con los usuarios, y luego "nos cogen la sobaquera".

De todas formas, y aunque así fuera, desde aquí hago una llamada de atención a los organizadores de todo el proceso de administración electrónica, para que vayan tomando nota de lo que se van a encontrar en las galeras de los diferentes departamentos de la administración. Ya que el cambio de chip será arduo y requerirá algo más que un plan de formación y muchas reuniones. Va a hacer falta mano izquierda, y muchas horas junto a ellos en el día a día, para ir depurando necesidades, casuísticas, y recelos con las nuevas tecnologías. 

Y ya sé que esto lo he dicho más veces. Pero es que me pasa con tanta frecuencia que no me queda otra que ser un poco pesada con este asunto...

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