Mi momento de ego

A lo mejor no debería publicar esto, pero me hace ilusión.

El año pasado realicé un curso a distancia, en el marco del programa de postgrado de la UNED con la Fundación Universidad Empresa. No era el primero que hacía, lo cierto es que me gusta el formato y la metodología, de manera que lo abordo como un hobbie. Qué curioso, hace muchos años estudiar era una obligación, y ahora se ha convertido en un apasionante pasatiempo.

El curso hacía referencia a la multiculturalidad, tema de rabiosa actualidad y muy interesante para mí, ya que en mi colaboración con CEAR Euskadi siempre salen temas sumamente interesantes y me apetecía profundizar un poco más, con el propósito de hacer de esta colaboración una actividad más fructífera para todos. Las actividades y la metodología del curso prometían, con una plataforma on line, foros, áreas para albergar documentación, mucha información facilitada por los profesores, y la perspectiva de publicación en un CD de los mejores trabajos de investigación de fin de curso.

Sin embargo, al final la realidad es la que es, y por lo visto la gente no participó como se esperaba. Ello no obstante, y como soy bastante cabezona, yo seguí y seguí, y me atreví con una investigación que ya se estaba realizando en CEAR y que me parecía de gran interés. Se refería a la gestión de la multiculturalidad en las empresas y al intento de definir estrategias y metodologías capaces de evaluar los esfuerzos de las organizaciones empresariales en tal sentido, en línea con los sellos de calidad a los que ya estamos acostumbrados.

La investigación gustó tanto en el curso que aunque finalmente el CD no salió a la luz, me animaron a su publicación en la revista de Derecho de la UNED. Y ahora, de la mano de la directora del curso, tengo el placer de disfrutar de la edición impresa de mi trabajo.

Sería una hipócrita si negara que me hace ilusión. Teniendo en cuenta que cuando empecé a gestarlo también se estaba gestando Leire, con una amenaza de aborto que me tuvo unos días en la camita. Considerando que mientras lo redactaba ella se movía tan ricamente por mi panza. Y reconociendo que ella ha sido la razón por la que he renunciado a la tentación de un doctorado tal y como me proponían los promotores del curso. Pues eso, que me siento muy orgullosa de la publicación.

De todas formas, no sería justa si no agradeciera desde aquí a todas las personas que directa o indirectamente, han contribuido a que esto sea posible. En primer lugar quiero dar las gracias a mi marido Agus, que aunque me está todo el día buscando las cosquillas, se desvive para que pueda desplegar todas mis ideas y mis inquietudes. También quiero dar las gracias a la gente de CEAR Euskadi, y en particular a Rosabel Argote, algunas de cuyas ideas se plasman en mi estudio, y cuyo entusiasmo contagioso representa el eje vertebrador del trabajo que hoy veo publicado. Cómo no, dar las gracias a Salvador y Ana, profesor y directora del curso de la Uned respectivamente, que confiaron en mí y han gestionado la publicación. Me hubiera gustado hacer el doctorado para el que tanto insistió Salvador, pero Leire ha compensado esa renuncia. Y finalmente, quiero dar las gracias a todas las personas que ya se encuentran trabajando en esto de la multiculturalidad y están desarrollando interesantísimas acciones en esa línea. Algunas de ellas se recogen en este estudio, que espero que sirva para motivar otros futuros y, especialmente, acciones concretas que den la relevancia que se merece a esta nueva forma de entender las relaciones laborales y empresariales.

Comentarios

Mmarte ha dicho que…
Lo del doctorado..., nunca es tarde si la dicha es buena, y el que la sigue la consigue.

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