La avaricia rompe el saco

La crisis económica y social que atravesamos actualmente parece que está sirviendo para que algunos se lucren a costa de otros. Con esto no digo nada nuevo, ni tampoco representa nada que dé relevancia o haga especial esta crisis frente a otros procesos de cambio padecidos a lo largo de la historia. Sin embargo, es algo que me enerva y me enciende, especialmente cuando se nos engaña con publicidad mentirosa o cuando menos, amparada en falsas verdades o en verdades parciales.

El Circo Mundial ha acampado en Bilbao con ocasión de la Aste Nagusia, y mañana domingo 5 de septiembre, mi marido y yo llevamos a nuestra sobrina de cuatro años a la sesión de las 12 horas. Podéis imaginaros la ilusión que nos hace. Entre otras cosas, la decisión la tomamos a raíz de los atractivos "precios anticrisis" que se anunciaban en todos los medios de comunicación: 10 euros los adultos, 8 euros los niños. Lo que se les olvidó comentar fue:

1. Que esos precios son únicamente para las sesiones en día del espectador.
2. Que el resto de los días, el precio más barato es el de los niños en butaca no numerada, 12 euros.
3. Que para el resto de butacas, los niños pagan el mismo importe que los adultos.
4. Que si compras las entradas en El Corte Inglés, hay que pagar 1,25 euros por gastos de gestión.

Total, que la supuesta solución anticrisis no es tal, sino más bien y a mi juicio una artimaña para atraer al personal. Vista la situación, no nos íbamos a echar atrás, la ilusión de mi sobrina puede más que el importe real que al final hemos pagado. Pero no por ello voy a dejar de manifestar mi opinión en mi blog, por lo menos para que me sirva de terapia.

Y es que esta publicidad engañosa me parece que es pan para hoy, y hambre para mañana, porque desde luego a mí no me pillan en otra. O por lo menos, si finalmente voy, intentaré no hacer caso de estos anuncios tramposos y que juegan al final con la situación que vivimos y con la ilusión de los más pequeños.

Si realmente queremos innovar y atraer al personal para que consuman, se me ocurren otras ideas:

1. Que los niños no paguen. Si tienen que ir acompañados por un adulto, al menos siempre van a cobrar una o dos entradas. El niño, al final y mirándolo egoístamente, viene a ser como el señuelo.

2. La verdad por delante. Al menos dí que esos precios son para el día del espectador.

3. Invéntate otras promociones. Y dí siempre la verdad.

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