La tecnología más revolucionaria
Habitualmente en este blog suelo escribir sobre temas relacionados con mi trabajo (consultoría de negocio asociada a NTIC) y con mi actividad como voluntaria en CEAR-Euskadi. Hoy quiero asociar ambos temas en este post, de una manera un poco extraña, pero que creo que al final, si somos capaces de leer entre líneas, nos daremos cuenta de que sí, están interrelacionados.
Tecnología y respeto a la persona están relacionados en nosotros mismos, como seres humanos, desde el momento mismo de la concepción. Porque no hay tecnología más avanzada, ingeniería más exacta que la de nuestro propio cuerpo. Y hablo con conocimiento de causa, porque en este momento vivo una de las experiencias más alucinantes (en el más amplio sentido del término), que puede tener una persona. Y más si eres mujer (en esto al menos, sí somos diferentes y exclusivas :-).
Pues sí, como habréis podido imaginar, estoy embarazada. La inmersión tecnológica empieza ya cuando ves en la primera ecografía una bolita minúscula con forma de habichuela que flota dentro de tí, y te parece mentira que una cosa tan pequeña te tenga tan hecha polvo. Pero es que todo el cuerpo se me estaba reajustando. ¿Qué superordenador es capaz de hacer esto? Luego siguen otras ecografías, y como por arte de birlibirloque, ves que ese garbancito ya tiene extremidades y una cabecita, un corazón que late como queriendo salir de tí, y se mueve de una manera increíble. A partir de ese momento, sabes que sí, que está creciendo. Y vale, puede sonar a tópico, pero parece mentira que nuestro cuerpo sea capaz de crear otro ser, con todas sus piecitas, sin que sobre ninguna. Y mientras la tecnología exacta de nuestro cuerpo va haciendo nuestro trabajo, vas aprendiendo que muchas cosas de nuestra vida cotidiana que supuestamente nos hacen avanzados es bastante perjudicial para dicha tecnología, y compruebo entonces que la perfección es tremendamente frágil.
No puedo avanzar mucho más porque los cambios corporales no son aún significativos. Sólo sabemos que está ahí. Como en este momento estarán miles de pequeñajos creciendo en las barrigas de mujeres de cientos de nacionalidades, de diferentes países, de diferentes culturas. Y todas compartimos ese sentimiento común de experimentar la construcción de una nueva personita. En eso somos iguales. Y en tanto que todos hemos sido construidos así, lo seguimos siendo al nacer. Puede parecer una reflexión estúpida, pero no sé, a lo mejor es el cambio hormonal. Quién sabe.
Tecnología y respeto a la persona están relacionados en nosotros mismos, como seres humanos, desde el momento mismo de la concepción. Porque no hay tecnología más avanzada, ingeniería más exacta que la de nuestro propio cuerpo. Y hablo con conocimiento de causa, porque en este momento vivo una de las experiencias más alucinantes (en el más amplio sentido del término), que puede tener una persona. Y más si eres mujer (en esto al menos, sí somos diferentes y exclusivas :-).
Pues sí, como habréis podido imaginar, estoy embarazada. La inmersión tecnológica empieza ya cuando ves en la primera ecografía una bolita minúscula con forma de habichuela que flota dentro de tí, y te parece mentira que una cosa tan pequeña te tenga tan hecha polvo. Pero es que todo el cuerpo se me estaba reajustando. ¿Qué superordenador es capaz de hacer esto? Luego siguen otras ecografías, y como por arte de birlibirloque, ves que ese garbancito ya tiene extremidades y una cabecita, un corazón que late como queriendo salir de tí, y se mueve de una manera increíble. A partir de ese momento, sabes que sí, que está creciendo. Y vale, puede sonar a tópico, pero parece mentira que nuestro cuerpo sea capaz de crear otro ser, con todas sus piecitas, sin que sobre ninguna. Y mientras la tecnología exacta de nuestro cuerpo va haciendo nuestro trabajo, vas aprendiendo que muchas cosas de nuestra vida cotidiana que supuestamente nos hacen avanzados es bastante perjudicial para dicha tecnología, y compruebo entonces que la perfección es tremendamente frágil.
No puedo avanzar mucho más porque los cambios corporales no son aún significativos. Sólo sabemos que está ahí. Como en este momento estarán miles de pequeñajos creciendo en las barrigas de mujeres de cientos de nacionalidades, de diferentes países, de diferentes culturas. Y todas compartimos ese sentimiento común de experimentar la construcción de una nueva personita. En eso somos iguales. Y en tanto que todos hemos sido construidos así, lo seguimos siendo al nacer. Puede parecer una reflexión estúpida, pero no sé, a lo mejor es el cambio hormonal. Quién sabe.
Comentarios
Personalmente no necesito ninguna explicación. Me basta con admirarlo.
En segundo lugar, comparto contigo la idea de que, ciertamente, el cuerpo humano es la tecnología mas avanzada que existe en este mundo.