Conflictos que viene y van...

Poco hay que decir que no se haya dicho ya sobre el conflicto en Oriente Próximo. En los últimos días los medios de comunicación nos abruman con imágenes, con comentarios de analistas, de expertos en el tema. Todos opinamos mientras ellos, un poquito lejos, sufren y sufren, como si fuera su destino, como si no les quedara otra. Aunque en estas últimas semanas todos nos indignamos un poco más porque están matando a muchos a la vez. Nosotros, que estábamos acostumbrados a que sólo aparecieran en la tele de vez en cuando. Porque los conflictos, si no es a lo grande y se mata a bastante gente, parece que no venden y no salen en la TV. Y claro, si no salen, el ciudadano de a pie se olvida. Se olvida que en Palestina, antes de esta barbarie supina a la que asistimos (eso, asistimos. Porque nadie mueve un dedo, no sea que alguien se vaya a mosquear...), se vivía en condiciones muy difíciles, donde los derechos más elementales eran cuestionados. Y lo triste es que esto ocurre en tantos y tantos lugares del mundo. Tantos y tantos conflictos olvidados, que solamente resurgen de nuevo cuando el número de muertos supera el umbral de "normalidad" para la sociedad occidental...

No tengo palabras. Me avergüenzo de lo que veo y sólo me queda manifestarme. No sé si servirá de algo, al menos para mostrar a mis compañeros y amigos de más allá de la muga de Euskadi, de más allá de la frontera española, que los de aquí, también tenemos sentimientos...

Me quedo, sin más, con la Milonga del Moro Judío de Jorge Drexler. Un texto descarnado que dice mucho con bellas palabras:

Por cada muro un lamento
en Jerusalén la dorada
y mil vidas malgastadas
por cada mandamiento.
Yo soy polvo de tu viento
y aunque sangro de tu herida,
y cada piedra querida
guarda mi amor más profundo,
no hay una piedra en el mundo
que valga lo que una vida.

estribillo:
Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé que Dios es el mío
ni cuales son mis hermanos.

No hay muerto que no me duela,
no hay un bando ganador,
no hay nada más que dolor
y otra vida que se vuela.
La guerra es muy mala escuela
no importa el disfraz que viste,
perdonen que no me aliste
bajo ninguna bandera,
vale más cualquier quimera
que un trozo de tela triste.

estribillo…
Y a nadie le dí permiso
para matar en mi nombre,
un hombre no es más que un hombre
y si hay Dios, así lo quiso.
El mismo suelo que piso
seguirá, yo me habré ido;
rumbo también del olvido
no hay doctrina que no vaya,
y no hay pueblo que no se haya
creído el pueblo elegido.
estribillo...

Comentarios

Fernando Manero ha dicho que…
Comparto tu comentario y tus acertadas reflexiones. Es cierto que ante un conflicto así sólo podemos manifestar nuestra sensibilidad a favor de los que sufren y alzar nuestra voz para que los que pueden resolverlo lo hagan. No es iun conflicto lejano, porque hoy ya no hay distancias que nos separen de lo bueno y de lo malo. Espléndido el poema de Drexler. Gracias por darlo a conocer

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